Ya ha finalizado el plazo de admisión del concurso de cartas de amor y, al mismo tiempo, el de la encuesta sobre cuál debería ser el premio. Atendiendo a vuestro inusitado interés (casi 17 votos en la encuesta, todo un récord); cada uno de los ganadores se llevará, además de un diploma y un obsequio, un huevo Kinder. Bien mirado no está nada mal, porque aparte de ser una sabrosa chocolatina, también lleva una sorpresa dentro, vamos, al menos eso dicen siempre en la publicidad, nunca especifican si la sorpresa debe ser agradable o no.
Anécdotas sobre galardones aparte, quiero felicitar a todos los que habéis participado en el concurso. Sé que la mayoría lo habéis hecho a regañadientes, pero estoy realmente contente con el nivel literario de las cartas que estoy leyendo. Hay tanta calidad que va a costar mucho elegir solo una ganadora. Esto sí ha sido una sorpresa agradable.
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