lunes, 7 de marzo de 2016

Algunas cartas de amor para inspirarse (de cara al concurso del año que viene)

  Pues eso, ya que las he copiado para la revista, repico aquí las dos cartas de amor ganadoras del VI Concurso de cartas de amor del IES. La primera es obra de María Clemente (de 2º ESO A) y la otra es de Marc Camañes (de 3º ESO C). También os pongo algunas fotos de las cartas que han ganado el tema de la presentación plástica por si os sirve de inspiración para los próximos años.

Aspecto de la carta ganadora (debidamente envejecida, como mandan las buenas costumbres).

Carta ganadora de 2º Ciclo y Bachillerato (escrita por Marc Camañes):

Berlín del Este, 22 de diciembre de 1960


A Alina, cuya alma permanece aún paciente más allá de los kilómetros de nuestra ciudad dividida:

Desde aquí, desde los confines de Berlín, pongo mis últimas gotas de sudor y mis más sentidas lágrimas al cuidado de este viejo y olvidado papel. Desde aquí, desde la soledad de nuestra división, te mando este mensaje escrito con las últimas gotas de tinta de mi exánime estudio. Aquí, donde expreso mi amor ante el crepúsculo del Este.

Que esa carta pase por mil manos, que recorra la ciudad día y no che hasta cruzar el frío muro que por siempre nos separó. Que cruce calle tras calle y burgo tras burgo hasta alzarse sobre la tierra siguiendo al viento, hacia ti; más allá de donde llegan las torrenciales humaredas de la industria, lejos de las insomnes ciudades del mañana. Desde que tu esencia se desvaneció de mi vida, ninguna pintura mía ha sido tan vívida como antes ni ninguna tiene ya sentido. No importa qué colores use, no puedo levantarme con fe en el porvenir si no estás tú; ver cómo nuestros corazones han sido partidos y nuestras vidas bifurcadas por prohibiciones y fronteras.

Alina, a quien me escuche rezo para que esta carta te llegue un día, que se impregne de tu olor a frescas rosas y reciba una de tus joviales sonrisas. Desde hoy, que la recibirá el primer mensajero, hasta el último, ante ti, finalmente llegando a tus dulces manos. Rodeado de mis obras, ninguna aún ha podido representar el dolor que siento arder en mi interior. Ningún color ni ningún estilo ha logrado ilustrar la fatua amargura que me desgarra desde mi incompleto corazón. Recuerdo aquel primer día riendo desde el edificio más alto, desde el vértigo del mundo moderno declarando nuestro amor.

Me niego a aceptar una patria que me separa de mí mismo con tanta frialdad. Me niego a que mi corazón lata un día más sin poder sentirte a ti. Tú superaste en belleza mis grandes obras, sonreíste desde la profundidad de tus bellos ojos turquesa como los lejanos mares, por siempre brillando al compás de mi vida.

Y que esta carta te llegue es mi legado. Este yo vivo o no. Que la gente del este berlinés tienda discretas sus manos manchadas de hollín y que muevan esta carta lejos de la vigía roja. Que cruce el muro Alina. Que llegue a ti. Más lejos de donde mi pincel pudo llegar. Más lejos de donde mis manos pudieron alcanzar.

A tu corazón Alina, al corazón que nunca olvidé y nunca olvidaré.

Прощаи, Alina

Nikolai

Premio especial de Itziar Blasco
Presentación de la carta ganadora de primer ciclo.


Premio a la mejor presentación plástica (carta de Diana Nechyporuk)

Premio a la mejor presentación de segundo ciclo. Obra de Jael Ruipérez (2º FPB)


Carta ganadora de 1º Ciclo (obra de María Clemente):

Querido mío...


Vayámonos de aquí, escapémonos juntos; ya poseemos caricias, susurros, sueños... No to tu presencia a kilómetros y te echo de menos cuando tu brumoso aliento deja que el viento frío me golpee en las mejillas.

Escribamos poesía, aferrados de la mano, sabiendo que, cuando llegue el momento de liberar nuestros cálidos dactilares, la tristeza inundará nuestros pensamientos.
Palpo tu corazón, latiendo por mí cuando mi organismo está a milímetros de ti. Ilustras mis días con pétalos de rosa; eres como el agua que da cauce a mi arroyo y te quiero querer, como no quiero a nadie, pero mi instinto me dice que ya arraso límites contigo.
Bailemos sobre la tenebrosa oscuridad, encajando nuestros delicados brazos y susurrando nuestros deseos enamorados. Somos dos palomas blancas que no temen ni a las águilas, volando entre meteoritos, buceando entre tiburones...

Te siseo que te quiero, una y mil veces; busco tu mirada entre miles de ojos. A tu lado, ordenaría vaciar el mundo y quedarme sola contigo.

En mi regazo yacen las lágrimas del amor, aturdido por el miedo que un día le corría por las venas.

Estoy dispuesta a colapsar la programación de tu corazón.


Atentamente,

María.

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